Autor:
MBA. Kevin González
Gerente Comercial
Las Naciones Unidas, con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ha buscado maneras de financiamiento e infraestructura adecuada para sus iniciativas y proyectos, siendo los bonos verdes, sociales y sostenibles una respuesta inmediata para que el mercado de deuda cree mecanismos que permitan tomar en serio estos cambios tan importantes (sociales y ambientales) para la humanidad, creando inclusive una guía voluntaria a través de principios que regulan su elegibilidad.
El cambio climático constituye la mayor amenaza medioambiental a la que se enfrenta la humanidad. ¿Cuál es el problema? El cambio climático es el mal de nuestro tiempo y sus consecuencias pueden ser devastadoras si no reducimos drásticamente la dependencia de los combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero.
De hecho, los impactos del cambio climático ya son perceptibles y quedan puestos en evidencia por datos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y manifestaciones con mayor intensidad de los impactos del cambio climático como:
Esos impactos provocan a su vez daños económicos y sociales, que serán cada vez más graves, como daños en las cosechas, en la producción alimentaria o riesgos en la salud. A propósito de la pandemia a causa del COVID-19, se ha producido una crisis económica a nivel mundial y se ha podido observar cómo lo países han respondido con este tipo de productos en el mercado, y los beneficios que se genera para estos como emisores, a efectos de darla una inmediata aplicación, al ser una clara alternativa de financiamiento. (Yañez & Peña, 2020)
Un bono es una forma de título de deuda que emite una empresa o administración pública para financiarse. Este título de deuda se erige como un contrato legal por dinero adeudado que se puede comprar y vender entre distintas partes. El inversor de un bono verde se convierte en acreedor de la entidad emisora, y ésta le tendrá
que devolver el dinero prestado de ese bono —en el tiempo estimado— más unos intereses fijados previamente (normalmente), conocidos como cupón. Por tanto, es un instrumento de renta fija.
Los fondos obtenidos se destinarán exclusivamente a financiar —o refinanciar— proyectos sostenibles y respetuosos con el medio ambiente e iniciativas relacionadas con el cambio climático. Por ejemplo, se podría usar para la compra de una flota de vehículos eléctricos, para la compra de aerogeneradores, etc.
La imagen nos muestra como los gobiernos que han realizado inversiones en energías renovables han creado más puestos de trabajo que su contraparte con la inversión en combustibles fósiles
Este tipo de bonos pueden ser emitidos por instituciones supranacionales, entidades públicas (municipios, estados o federaciones) y empresas privadas. Para su emisión las entidades emisoras han de difundir información financiera a los mecanismos de control, organismos de calificación e inversionistas. Asimismo, los emisores designan a bancos de inversión como “suscriptores” (se aprovecharán de sus conocimientos técnicos del mercado de bonos; de las reglas gubernamentales y de cualquier otro factor relacionado). (Iberdorla, 2022)
El precio de los bonos verdes es muy parecido al de los bonos comunes, estando sujeto a las condiciones del mercado en el momento de su emisión. Suele ocurrir que los inversionistas no dejan de percibir beneficios ni pagan dinero extra por el cariz ecológico de estas financiaciones. Sin embargo, es cierto que inversionistas en bonos verdes han realizado ventas a precios mayores debido a que los bonos verdes no son tan comunes. Sin embargo, se ha disparado la demanda y cada vez más los inversionistas tradicionales optan por ellos. (Principles, 2018)
Los Principios de los Bonos Verdes, o Green Bond Principles, tratan de aportar claridad a la definición y los procesos asociados a los bonos verdes, debido a su rápido crecimiento en el mercado. A principios de 2014 un grupo de bancos comenzó a elaborar estos principios que se han ido complementando y mejorando a lo largo del tiempo. Estos principios promueven la integridad del mercado de Bonos Verdes a través de directrices que recomiendan transparencia, publicidad y reporte de informes. (Principles, 2018).
Tienen su foco puesto en el uso de los fondos y su objetivo principal es apoyar a los emisores en la transición de su modelo de negocio hacia una mayor sostenibilidad ambiental. Los Green Bond Principles tienen cuatro componentes principales:
Beneficios para la economía de un país al emitir este tipo de bonos, razones por las cuales se ha visto su crecimiento en los últimos años son:
Las Finanzas Sostenibles han dejado de ser una cuestión accesoria por considerar por las compañías y los reguladores. La creciente preocupación por las consecuencias que las actividades de las empresas generaban en el medioambiente y en la sociedad, junto con el Acuerdo de París y el lanzamiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible como parte de la Agenda 2030, acentuaron el interés por lograr una economía sustentable y resiliente. (Caro & Puch, 2021)
El sector privado debió poner el foco en este nuevo proceso y en su papel de canalizador de recursos hacia las inversiones ASG (Los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo), bajo el entendimiento de que la sostenibilidad es un elemento transversal a la estrategia de las compañías, y no un criterio a incorporar por oportunidad o conveniencia. Además, los cambios en las preferencias y necesidades de los inversores y la mayor disponibilidad de productos financieros que permiten satisfacerlas, está generando que aquellos se inclinen cada vez más por las inversiones socialmente responsables. (Flores, Ogliaistri, & Peinado, 2007)
La mentalidad de las empresas y de los inversores ha cambiado y no hay retorno. Las inversiones sustentables, a la vez que permiten una mejor gestión de los riesgos, no disminuyen la rentabilidad, sino que, por el contrario, la potencian. No obstante, la transición hacia una economía sostenible no puede darse por la mera voluntad del sector privado, sino que es necesario que las autoridades nacionales y las organizaciones internacionales acompañen a los actores durante el proceso, mediante regulaciones, estándares y guías de educación financiera que les permitan instruirse en la materia y tomar decisiones responsables. (BRUNDTLAND, 1987).
En virtud de lo expuesto, un ejemplo lo podemos tomar que desde el año 2018 la Comisión Nacional de Valores (CNV) de Argentina despliega su plan de acción en Finanzas Sostenibles, con el objetivo dotar al Mercado de Capitales argentino de herramientas que les permitan a todos sus actores desenvolverse en este nuevo escenario caracterizado por el respeto al medioambiente y a la comunidad en general.
Referencias.
Brundtland, G. (1987). Nuestro Futuro Común, Informe Brundtland, Comisión Mundial para. el Medio Ambiente y el Desarrollo de la ONU.
Caro, V., & Puch, F. (2021). FINANZAS SOSTENIBLES: NO SON UNA MODA, SON UN. INSTITUTO IBEROAMERICANO DE MERCADOS DE VALORES.
Flores, J., Ogliaistri, E., & Peinado, E. (2007). El argumento empresarial. INCAE Business School,.
Greenpeace. (1 de 5 de 2022). greenpeace.org. Obtenido de https://es.greenpeace.org/es/trabajamos-en/cambio-climatico/
Iberdorla. (2022). ¿Qué son los bonos verdes y para qué se utilizan? Iberdrola Sostenibilidad .
Principles, T. G. (2018). Los Principios de los Bonos Verdes 2018. ICMA.
Soope, A. (2021). Sustainable Corporate Finance. Journal of Business Ethics,.
Yañez, C., & Peña, D. (dic de 2020). Bonos temáticos en época de COVID. Investigación & Desarrollo, [S.l.], v. 13, n. 1, p. 62-70.
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